Cuando un vendedor pone su propiedad en el mercado, lo normal es que quiera venderla lo más rápido posible y al precio más alto posible. Pero a veces rapidez y precio son condiciones encontradas, y puede que una de ellas se imponga a la otra. Por ejemplo, si el vendedor se está trasladando, o ha comprado otra casa que le entregan pronto, la venta de su propiedad actual de forma rápida puede ser una prioridad.
¿Tiene este vendedor que sacrificar el precio para conseguir una venta rápida? No necesariamente. Siempre hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a conseguir una buena oferta, más pronto.
El primer paso es fijar un precio de venta competitivo, asegurándose que el precio de oferta no es superior al precio por el que se han vendido recientemente propiedades similares en su barrio.
El segundo paso es hacer que la vivienda esté «lista para entrar a vivir«, realizando todas las reparaciones y otros problemas de mantenimiento antes de ponerla en venta. También debería asegurarse de que la propiedad está limpia y ordenada.
Otro factor que siempre ayuda es ser flexible con los horarios de las visitas y su duración. Nunca se sabe si ese cliente al que no podemos enseñarle la vivienda en ese momento sería el cliente ideal para nuestra casa. Y para no presionar al comprador y permitir que visite la vivienda sin agobios, puede que esté dispuesto a llevar a su familia a tomar un café o un helado. Su agente inmobiliario hará un buen trabajo y le mantendrá informado de cómo fue la visita.
¿Quieres más consejos sobre cómo vender tu casa rápidamente? Llámame hoy mismo, podemos ayudarte.
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