A principio del último trimestre del pasado año, vinieron a la oficina unos clientes, un matrimonio que se planteaba vender su segunda vivienda, dedicada hasta ese momento al mercado de alquiler. Este es un resumen de nuestra primera entrevista y de cómo fue el proceso de venta:
Barrios Inmobiliaria – ¿En qué os puedo ayudar?
Clientes – Tenemos una vivienda en Zamora, que lleva alquilada los últimos 13 años. El inquilino ha comprado vivienda, y tenemos dudas sobre si vender o alquilar la vivienda.
Barrios Inmobiliaria – ¿Por qué queréis vender la vivienda en un mercado a la baja?
Clientes – Una de nuestras hijas ha comenzado a estudiar fuera de la ciudad, y nos planteamos vender esta vivienda para adquirir otra en el nuevo destino de mi hija, que le sirva durante su estancia en la universidad y que en un futuro pueda alquilar a otros estudiantes.
Explico a los clientes cómo está el mercado de alquiler y de venta en la zona donde tienen la vivienda. En su caso puede que cualquiera de las opciones sea buena. Si venden podrán comprar otra vivienda y ahorrarse el alquiler de su hija, si alquilan estarán en la obligación de pagar un alquiler para su hija, con la incertidumbre que el inquilino de su piso pueda o no generar algún tipo de problema.
A continuación les expongo nuestra forma de trabajar, hablamos sobre cómo iba a desarrollar el plan de marketing para comercializar su piso y sobre nuestros honorarios profesionales.
Acordamos una visita de evaluación a su vivienda para conocerla y de ese modo poder realizar un estudio de mercado que les ayude a decidirse por una u otra opción.
Al día siguiente nos reunimos de nuevo en la oficina. Comentamos el estudio de mercado y vemos a qué precios se podrá vender o alquilar la vivienda. Me comentan que se decantan un poco más por la opción de venta, sin embargo el precio que pueden obtener no les satisface al 100%.
Tras aproximadamente un mes de reflexión los clientes vienen por la oficina para comunicarme que van a confiar en nosotros y a encargarnos la venta de su vivienda.
Fijamos juntos el precio de salida, sabiendo que en ese momento nuestro ratio calidad/precio era la mejor de toda su zona, consiguiendo de ese modo que todos los interesados en comprar un piso de esas características en el barrio estaría interesado en visitarlo.
Comenzamos a poner en marcha nuestro plan de marketing. Tras 28 días a la venta y 3 visitas realizadas, mis clientes estaban firmando el contrato de arras y recibiendo un 10% del precio final de venta, que fue un 1,67% inferior al precio de salida.

Después de conseguir el préstamo hipotecario, teníamos al comprador firmando la compraventa en Notaría.
Nuestro trabajo no termina aquí. Tras la firma nos encargamos de liquidar los impuestos municipales al vendedor, realizar los cambios de titularidad de los suministros y ante el administrador de la comunidad. Tenemos un cliente satisfecho por conseguir su objetivo en tan sólo 28 días a la venta.
El siguiente paso: recomendarle un buen agente inmobiliario en la ciudad donde comprarán una nueva vivienda en los próximos meses.
A estos clientes ya les hemos ayudado. ¿Podemos ayudarle a usted también?