Piensa por un momento en qué haces cuando te sientes enfermo. Pides consulta con tu médico, le cuentas tus síntomas y el médico prepara un plan de acción para solucionar tu problema. Si el problema es leve te recetará el medicamento correspondiente, y si el problema es más complicado te derivará con el especialista correspondiente.
Prácticamente nadie pone en duda el diagnóstico del doctor. ¿Sabes por qué? Muy sencillo, porque no somos doctores ni entendemos de medicina.
Mi profesión, la de agente inmobiliario, tiene muchas analogías con la de un médico. Mis clientes acuden a mi con un problema en su vida, cuya solución involucra a una o varias propiedades inmobiliarias. Les escucho pacientemente y realizo un diagnóstico, indicándoles las posibles soluciones a su problema.
La diferencia es que muchos de nuestros clientes, confundidos por las noticias de los medios, piensan que entienden sobre el sector inmobiliario, y se aventuran a indicarnos cómo debemos proceder para vender su propiedad o qué precio es el correcto.
Médicos, los hay buenos y menos buenos. Con los agentes inmobiliarios ocurre lo mismo. No debes fiarte de la información u opinión que pueda darte un inmobiliario si ésta no va acompañada de datos de mercado. Y por supuesto, del mercado local, de tu ciudad o tu barrio, porque la tendencia nacional, de la que hablan en las noticias, no tiene por qué reflejar lo que está pasando en tu zona.
Cuando me reúno con un cliente, le presento un plan de marketing para comercializar su propiedad, acompañado por la tendencia inmobiliaria del barrio donde se ubica la propiedad, de las estadísticas de viviendas vendidas en Zamora y de un estudio comparativo de mercado.
El objetivo: Proporcionar a mi cliente la mejor herramienta y la mejor información para poder ayudarle a tomar la mejor decisión y solucionar su problema.
Si tienes un problema o un sueño cuya consecución tiene que ver con una propiedad inmobiliaria, no lo dudes y pide cita con tu inmobiliario. Tanto yo como mi equipo estaremos encantados de poder ayudarte a solucionar tus problemas y a hacer tus sueños realidad.
Me ha encantado el símil que has hecho. Muy cierto… Zapatero a tus zapatos.