No se muy bien por qué, pero aquellas personas que cargan juntas un paso de Semana Santa, tienen un vínculo especial. Quizás sufrir juntos y caminar con una misma meta cree lazos.
Las primeras cofradías, fundadas a principios de Siglo XI, fueron asociaciones gremiales. Agrupaban sectores profesionales, se protegían, se ayudaban, y compartían juntos momentos importantes, entre ellos, los religiosos.
Los hermanos de paso tenemos (me incluyo) un sentimiento especial por nuestros hermanos de carga. Compartimos no sólo desfile procesional, también alegrías y penas, nos apoyamos y cuidamos los unos de los otros.
Estamos viviendo momentos duros y llenos de incertidumbre. En medio de un estado de alarma, provocado por el p*** coronavirus, las personas estamos sacando lo mejor de nosotros. Están aflorando sentimientos de hermanamiento desde los balcones, estamos reflexionando, nos estamos conociendo a nosotros mismos. Fruto de ese conocimiento nos damos cuenta que éramos felices, y que lo material no es tan importante como pensábamos.
Casi a diario vemos y leemos noticias solidarias, cada uno aportando su granito de arena a la causa, en la medida de sus posibilidades, arrimando el hombro, como los hermanos de carga. Cada uno aporta lo que puede: sus conocimientos, su tiempo, su dinero…..
Sólo espero que el alto precio que estamos pagando como sociedad sirva al menos para que seamos más humanos y mejores personas. Que no se nos olvide esto a las primeras de cambio.
Caminamos juntos, sufrimos juntos.